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Existe un enfoque para dar una visión más amplia de todas las opciones posibles a la hora de tomar decisiones: el Design Thinking. Dicho enfoque es utilizado por grandes empresas para solucionar problemas y maximizar beneficios. Es más, el Design Thinking no requiere mucho dinero, sino que se basa en utilizar los recursos que se tengan. Por otro lado, esta técnica no está relacionada estrictamente con los profesionales de diseño, a pesar de su nombre. Sigue leyendo para saber con más detalle qué es el Design Thinking y cómo puedes aplicarlo en tu negocio.
Qué es Design Thinking
El Design Thinking no es una metodología porque no presenta una fórmula concreta con pasos a seguir así como tampoco es una solución, sino un camino para encontrarla que variará según cada problema. Por consiguiente, es un enfoque centrado en el ser humano que combina el pensamiento de negocios con el pensamiento creativo con el fin de, mediante la innovación, generar valor y proveer soluciones a largo plazo. Así pues, el Design Thinking ayuda a definir los objetivos y a trazar mejores caminos para conseguir los resultados esperados y, sobre todo, mantenerlos y mejorarlos.
Cabe decir que, el modelo de Design Thinking, es la combinación de los siguientes factores: lo que las personas quieren, lo que es viable para el mercado en cuestión y lo que es posible a nivel tecnológico. De esta forma, este enfoque puede aplicarse en negocios de cualquier envergadura, independientemente de la cantidad de recursos para invertir y de la cantidad de personas involucradas en el proceso. Sin embargo, para que funcione el Design Thinking, tienes que hacer un análisis amplio y exhaustivo antes de tomar decisiones. De tal modo que, tus acciones serán empáticas porque se basarán en las percepciones tanto de tus socios como de tus clientes y, por consiguiente, ofrecerás una mejor experiencia de compra que fortalecerá tu reputación online.
Etapas del Design Thinking
Inmersión e identificación del problema
Si quieres resolver un problema, tienes que conocer su origen y ser consciente de que lo tienes. Muchas veces, los emprendedores no detectan los problemas porque los resultados que están obteniendo son buenos. No obstante, con un simple cambio en su rutina operacional, podría obtener un mejor resultado. Por lo tanto, el problema no tiene por qué ser algo catastrófico, sino que puede ser también una oportunidad de mejora que se está pasando por alto.
Esta primera etapa de inmersión se basa en evaluar el funcionamiento de tu negocio y la calidad de tus productos, teniendo en cuenta la opinión de cada uno de los involucrados: tus empleados, tus proveedores y los clientes finales. De esta forma, puedes realizar encuestas, entrevistas, buscar tendencias y, sobre todo, hacer ejercicios de observación ya que estos últimos permiten saber lo que realmente hacen o piensan las personas, así como también lo que les gusta o de lo que hablan. Eso sí: no sigas a tus clientes por la calle, simplemente observa qué hacen en internet mediante las herramientas digitales correspondientes.
Ideación y búsqueda de soluciones
Una vez identificado el problema u oportunidad de mejora, tienes que hacer un brainstorming o lluvia de ideas para hacer propuestas sin prejuicios. Las soluciones que se propongan tienen que agregar valor a la compra de los clientes, sin embargo, no hay límite de ideas en esta segunda fase. Lo importante es que participen más personas en el brainstorming para tener más variedad. Al final de la lluvia de ideas, tienes que documentarlas para tenerlas registradas y poder recurrir a ellas en un futuro. Si quieres saber más sobre el brainstorming, pincha aquí:
Prototipado y aplicación de la idea
Durante la prototipación se validan las ideas presentadas en la etapa anterior para ver cuales encajan en tu proyecto y poner así el plan en marcha. Sin embargo, a pesar de que el prototipado es la última fase del Design Thinking, también puede darse en paralelo a otras etapas de la siguiente manera: tienes una idea, desarrollas un prototipo, lo pruebas en un público pequeño y valoras los resultados. En función del rendimiento obtenido, la idea aplicada puede ser implementada pero, de ser así, no tiene porqué ser la única ya que puedes probar otras soluciones para el mismo problema.
Conclusión
El Design Thinking es un enfoque centrado en la innovación y la solución de problemas desde un punto de vista empático que favorece a cualquier tipo de negocio. Y es que, al fin y al cabo, el objetivo de las empresas es forjar una relación duradera con los clientes, la cual cosa empieza por brindar la mejor experiencia de compra posible. Así pues, te recomiendo que busques soluciones o mejoras en base a tus intereses pero también en base a los intereses de tus clientes, trabajadores y proveedores: si todos están satisfechos, tú también lo estarás.
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