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A pesar de que empieces tu empresa con una estrategia muy buena, las cosas pueden ir cambiando y provocar que tu marca ya no refleje el mensaje que buscabas desde un principio, como por ejemplo el daño en la reputación del negocio o los cambios en las características de tu público objetivo inicial. Es normal que tu organización, en algún momento, presente la necesidad de hacer un proceso de cambio de branding. No obstante, un cambio de verdad es mucho más que un nuevo nombre o logo y un rediseño de la página web, pues es un proceso bastante complejo. En cualquier caso, si quieres saber más sobre el branding, pincha aquí:
Sugerencias para cambiar el branding de tu negocio
1.- Centrarse en el panorama
No es necesario que dediques mucho tiempo en la mitología de la historia detrás de tu marca pues, la mayoría de personas no presta demasiada atención a los significados que tienen todos los elementos de tu logo.
2.- Ser específico
El branding se basa tanto en lo que eres como en lo que no eres, por lo tanto, ejerce la disciplina para reducir lo que hace especial o única tu marca. Es fundamental que tu empresa se distinga del resto de organizaciones que están en el mercado.
Pedir ayuda y poder contar con un experto es muy útil para poder conseguir un punto de vista objetivo, pues en muchas ocasiones tú mismo o los miembros de tu equipo podéis estar demasiado aferrados a la marca y no desapegaros de la subjetividad. Y es que conseguir una opinión experta y externa, aunque solo sea por un tiempo determinado, es importante para el proceso de cambio.
3.- Tener en cuenta tu audiencia
Es crucial que comprendas a tu público objetivo y sepas identificar a tus consumidores, así como también lo es tener claro a qué nuevas audiencias quieres llegar. Saber si quieres obtener nuevos clientes o emocionar a los que ya tienes, o hacer ambas cosas, es un punto clave a la hora de cambiar el branding de tu marca. Recuerda que, si llamas la atención por tu nueva apariencia a otro tipo de audiencias, no puedes perder a tus clientes ya fidelizados.
4.- Desarrollar estrategias para los anuncios
A la hora de desarrollar una estrategia, ten en cuenta que a la gente no le interesa el nombre o el logo, sino la manera en que el cambio de marca mejorará su experiencia con tu negocio. Por consiguiente, la estrategia para anunciar tu cambio al mundo debe remarcar por qué es importante dicho cambio, explicar que seguirá brindando lo que siempre ha ofrecido y señalar también los nuevos beneficios que supone.
5.- Comprobar la legalidad
Antes de cambiar el nombre de la marca, es conveniente que te asegures de tener el derecho de usar el que has elegido, pues si tu nuevo nombre es igual o similar a otro que ya está registrado puede traerte problemas. En estas situaciones es recomendable contar con un consultor que controle el tema y evitar así posibles futuros cambios o incluso denuncias.
6.- No olvidar las redes sociales
Una vez que tengas los objetivos claros, puedes empezar a trabajar con una agencia de marketing que cuente con experiencia en el campo de los nombres. Es más, en un mundo digital donde las redes sociales viralizan los contenidos, debes asegurarte de que el nuevo nombre de tu marca es visible, claro, está disponible y tiene los derechos necesarios.
7.- Actualizarlo todo
Para actuar con total profesionalidad, tienes que asegurarte de cambiar el branding de todos los aspectos y no dejar trazos de tu antiguo diseño en ningún sitio. Y es que si los consumidores ven el antiguo diseño de tu logo en un lugar y el nuevo diseño en otro, es probable que piensen que no estás alineado u organizado en tu empresa.
8.- Informar del cambio a tus clientes
En lugar de sorprender a los clientes, es mejor que les hagas saber que se aproxima un cambio mediante publicaciones en redes sociales, correos electrónicos… Lo ideal es que comiences a crear la base de que se aproxima un lanzamiento con dos semanas de antelación aproximadamente. De esta forma, engancharás a los nuevos clientes y conseguirás feedback para empezar una buena relación que, a la larga, se puede traducir en más ventas y fidelidad.
9.- Advertir a los empleados
Es igual de importante informar a tus clientes como informar a tu equipo de trabajo de la nueva visión, enfoque y posicionamiento de tu marca. No hace falta que envíes una gran cantidad de emails, pero sí puedes ir educando a tus empleados sobre el significado del cambio de la marca, conducirles hacia dicho cambio y alinearlos así hacia un objetivo común.
Dos cambios de estrategia de branding: proactivo y reactivo.
Además de estas diez sugerencias que he compartido contigo, me gustaría que echaras un vistazo a este artículo en el que analizo de manera más profunda lo que supone cambiar la estrategia de branding de un negocio, los pasos que hay que dar para abordar este proceso, cuándo es necesario y la diferencia que existe entre realizar un trabajo de rebranding y uno de restyling.
De estos aspectos que te he señalado, el cuándo es necesario cambiar la estrategia de branding de un negocio es fundamental para entender las dos formas generales en las que suele llevarse a cabo: el rebranding proactivo y rebranding reactivo.
Como comenté en su día, no todas las compañías necesitan someterse a un proceso de rebranding completo ni lo hacen por los mismos motivos.
1.- Rebranding proactivo
Si analizamos cuándo es necesario abordar este proceso, vemos que muchas marcas no han cambiado ni quieren cambiar sus valores, al contrario, quieren mantener su esencia aunque la manera de afrontar su trabajo o la oferta de productos y servicios que ofrecen sí haya cambiado por pura evolución de su actividad o del mercado. En estos casos, la marca quiere replantear su branding para acercar su imagen a la nueva circunstancia y para ello aborda un proceso de rebranding proactivo en el que los cambios que va a llevar a cabo están más relacionados con la estética y la forma de mostrarse al mundo que con los valores, filosofía o experiencias que quiere transmitir.
Su reason why sigue siendo la misma pero ahora adaptada al momento, y eso es justo lo que pretende conseguir con un proceso de rebranding: adaptarse a los nuevos tiempos y mostrar su evolución sin cambiar su esencia.
Ocurre mucho con marcas que lanzan nuevas variedades de productos, amplían su oferta de servicios o introducen cambios sustanciales en ellos sin que estos afecten a su forma en sí de trabajar o de conectar con sus buyer personas.
2.- Rebranding reactivo
En otros casos, una marca se ve “obligada” a cambiar su estrategia de branding para dar una respuesta motivada por factores externos que están influyendo en ella. Suele ocurrir cuando la marca sufre una pérdida importante de cuota de mercado, cuando sufre una crisis de reputación o cuando lo decide tras una escucha social de la que extrae la conclusión de que es necesario afrontar este proceso de rebranding.
También es habitual una respuesta de este tipo cuando se producen cambios en la arquitectura de marca, fusiones u otro tipo de cambios empresariales que afectan a la marca y, en consecuencia, a la imagen que quiere proyectar de sí misma.
En el artículo que antes te recomendaba visitar sobre el rebranding y cuándo es necesario un proceso así mencionaba el caso de McDonald ‘s. Esta marca es un buen ejemplo de rebranding reactivo ya que la creciente preocupación por la comida más healthy y las constantes críticas a su modelo de negocio y al tipo de oferta alimentaria, estaban afectando a su imagen de marca. De ahí que apostara por un nuevo branding estratégico que afectó íntegramente a la marca: desde el logotipo a la oferta de sus menús que pasaron a ser más saludables y con más información nutricional.
Conclusión
En resumen, cambiar el branding de tu negocio no es algo que se haga de la noche a la mañana, sino que requiere un proceso de meditación y transición que debe tener en cuenta tanto a las audiencias como a los trabajadores. Asimismo, si cuentas con la ayuda de un consultor podrás tomar decisiones de manera más objetiva, evitarás problemas legales y acertarás en los aspectos diferenciadores que debe presentar tu nueva marca y todo lo que la engloba. En otras palabras: el éxito es más probable.
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