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Lanzar una empresa siempre había sido como jugar a la lotería. Si la persona emprendedora se había preparado y tenido en cuenta infinitos aspectos, podría ganar algo de dinero, pero la mayoría recibían reveses por el camino que acababan por no dejarles levantar cabeza. En otras palabras: todo iba en contra del empresario desde el primer día. No obstante, hace poco surgió una metodología que lo cambió todo, puesto que reduce de manera considerable los riesgos de lanzar un negocio: el lean start-up. Este proceso es muy ágil ya que pone la experimentación por encima de la planificación y va eliminando de primeras cualquier tipo de desperdicio.
Qué es el método lean start-up
El significado de la expresión inglesa “lean” (esbelto) “start-up” (empezar) ya indica lo que es: una empresa delgada y sin sobrepesos, fibrosa y ágil, capaz de moverse y adaptarse con rapidez. El énfasis de este método se pone en el lanzamiento del proyecto, pues en la etapa de arranque propone usar las tecnologías digitales para conseguir lo antes posible un crecimiento exponencial. Después, una vez terminada la fase inicial, pasa de ser start-up a ser scale-up (crecer de manera exponencial).
Así pues, esta metodología tiene como objetivos eliminar la sobrecarga, la inconsistencia y el desperdicio; dejar de fabricar servicios o productos inservibles que no interesan a nadie, evitar la sobreproducción, eliminar los errores para dejar de desarrollar servicios o productos defectuosos así como también pasos sin valor añadido, reducir el inventario, evitar el movimiento innecesario tanto de personas como de cosas y erradicar la espera. Todo ello, siempre de manera tranquila a la vez que competitiva.
Los pasos del método lean start-up
Ordenar las hipótesis
En vez de invertir tiempo en planificar o investigar, el lean start-up propone aceptar que todo lo que el empresario tiene el primer día son hipótesis sin demostrar. Así pues, al contar con una serie de suposiciones, la persona tiene que resumirlas en un marco de modelo de negocio Canvas en lugar de escribir un plan de negocios. Dicho modelo es un croquis que permite ver a primera vista y de manera integral los elementos o hipótesis del negocio y de qué forma se creará valor y se alcanzará la competitividad.
Pedir opinión
Para demostrar las hipótesis, el empresario debe salir de sus oficinas y aplicar un enfoque realista además de práctico. Por lo tanto, en vez de quedar en el despacho creando un producto que se imagina que puede triunfar, este método propone salir a la calle y preguntar a los socios, compradores o usuarios potenciales sobre los elementos del modelo de negocio y del producto o servicio que propone: características, precios, canales de distribución, estrategia de adquisición de clientes… A continuación, ya con las aportaciones de los clientes, se tiene que revisar la hipótesis y empezar un nuevo ciclo en el que se hagan tanto pequeños como grandes ajustes para rediseñar el producto y cambiar lo que no está funcionando.
Escuchar a los clientes
El método lean start-up busca el desarrollo ágil para la empresa, el cual siempre debe trabajar mano a mano con los clientes. Por lo tanto, no se puede presuponer nada, sino que los ciclos de desarrollo deben seguir a los clientes escuchando de forma constante sus problemas y sus necesidades en torno al producto o servicio que ofrezcas.
Producto Mínimo Viable
El Producto Mínimo Viable es un experimento que permite extrapolar información relevante sobre el servicio o producto que se quiere lanzar. Su formato no importa, pues lo realmente importante es su objetivo, demostrar una hipótesis concreta mediante la realización de cuestionarios en la calle, en las redes sociales, por correo electrónico… Así pues, el objetivo es obtener información válida sobre tu propuesta de negocio e implementar los cambios propuestos por los usuarios. Es más, el MVP puede usarse tantas veces como sea necesario hasta conseguir un producto que cubra todas las necesidades del mercado. Por otro lado, también es aconsejable identificar los indicadores del rendimiento del producto o KPI para medirlos en cada ciclo y saber así si se están alcanzando los objetivos. Para saber más tanto sobre el MVP como sobre las KPI, consultalo en los siguientes links:
Pivotar
La agilidad del lean start-up permite modificar aspectos relevantes de la empresa y probar de nuevo, es decir, brinda la posibilidad de pivotar cuando es necesario cambiando la propuesta de valor, el modelo de negocio, la fuente de ingresos o el método de entrega, identificando otras necesidades de los consumidores y abordarlas… Reconocer a tiempo que el negocio no funciona es crucial para cambiar y optar por otra versión con mayor potencial, de lo contrario, los consumidores no van a comprar tus productos o servicios.
Escalar
Una vez hechos los cambios necesarios, el siguiente movimiento es pasar de lean start-up a scale-up. Como en este punto las hipótesis ya han quedado demostradas, se basa en escalar en tu negocio y desplegar su potencial. Con el tiempo, el rodaje y los ingresos, la tasa de crecimiento de empleo ya es importante y lo que se busca en este contexto es la escalabilidad del modelo de negocio ya sea buscando la expansión, la internacionalización o la contratación de nuevos profesionales. Por consiguiente, la empresa debe ser capaz de perdurar en el tiempo por muchas complicaciones que surjan y de generar puestos de trabajo con oportunidades de crecimiento para los empleados a largo plazo.
Conclusión
Antes de aplicar el método lean start-up, cabe decir que es fundamental tener en cuenta un elemento clave a la hora de lanzar un negocio: el nombre. Aunque no lo creas, este factor marcará la diferencia en el resultado final, por lo que también lo puedes testear en tus encuestas y ver qué reacciones provocan tus ideas. Si bien es cierto que el lean start-up ayuda a reducir los costes, ahorrar dinero, incrementar la entrega de servicios o productos satisfactorios a tus clientes y eliminar los desperdicios, si el nombre no es magnético e inteligente el camino hacia el éxito se dificultará.
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